viernes, 18 de marzo de 2011

La asistencia a clase

Este miércoles pasado asistí a una mesa redonda sobre innovación, su nombre es innosfera y se realizaba en Málaga por primera vez. Una de las ponencias fue a cargo del presidente ejecutivo de Novasoft. Fue la mejor, no sólo por lo que decía (ya sabemos que el papel lo aguanta todo) sino por que lo qué comentaba era la realidad diaria de una empresa que factura 50 millones de euros y tiene más de 1.200 empleados. La presentación la podéis consultar aquí.


Una de las afirmaciones que más me llamo la atención fue que en su empresa los mecanismos para fichar los empleados a la entrada y salida del trabajo están desterrados y aconsejaba a los demás empresarios a romperlos definitivamente, a ser posible con algo lo suficientemente duro como para que no se puedan recuperar. Lo importante es el desempeño de las funciones y que cada trabajador lo haga cuándo y cómo mejor les convenga.

Y, ¿qué hacemos nosotros en la Universidad? Pues involucionar como es debido últimamente. Hemos decidido que hay que controlar la asistencia de los alumnos a clase, es decir, que tenemos que perder un tiempo precioso en comprobar quién se sienta en su banca y quién no. ¿No es antediluviano?

¿Qué significa controlar la asistencia?

1.- ¿Conceder puntos por asistir aunque no se haga nada? ¿Qué estamos premiando?
2.- ¿No aprobar a los que no asistan un determinado número de clases? Y si después del curso demuestra su conocimiento y, por supuesto, sus competencias transversales. ¿No debemos aprobarlos? ¿Qué estamos castigando?

¿Qué conseguimos a cambio?

1.- Perder miserablemente el tiempo.
2.- Transmitir al alumno el espíritu borreguil tan en boga en la actual Universidad
3.- Y nosotros los profesores creer que hacemos evaluación continua. ja ja ja.

PD. En la comentada presentación también se rechazaban los bonus como incentivos, pues hacían confundir los intereses particulares con los generales de la organización. Qué lástima que los bancos no innoven en estas cosas. Pero esto será tema de otra entrada.

18 comentarios:

  1. Bueno... servirá para que aquellos que aburrían a las piedras o los que eran incapaces de convocar alumnos por incapacidad manifiesta de transmisión de conocimientos -o por otras incapacidades- pasen a tener parroquia. Por lo demás, siempre me ha parecido absurdo controlar lo que hace con su tiempo y su voluntad gente mayor de edad.
    Otros lo ven de otra forma,y sostienen que si el modelo es presencial, y el estado lo financia, los nenes tienen obligación de ir, porque la silla que no ocupan cuesta un dinero. No sé, habría que buscar el siempre tan complicado término medio.
    Eso sí, sin puntuar que la asistencia. Que por ésas, también les podemos dar puntos al mobiliario (con el cuál se confunden como camaleones, los muy ladinos).

    ResponderEliminar
  2. Por primera vez desde que os sigo, no coincido plenamente con vosotros y creedme que me alegro, empezaba a pensar que no tenía criterio propio.
    Es cierto que controlar la asistencia a clase parece a estas alturas pueril o, como dice Anecado, es absurdo controlar lo que hace con su tiempo y su voluntad gente mayor de edad y mucho más conceder puntos o aprobados por asistencia pues esta no supone haber adquirido los conocimientos (¿competencias?) de la asignatura.
    Ahora bien, mi propia experiencia me dice que la asistencia a clase es útil, aunque no siempre, y muy útil, incluso hasta fascinante, con determinados PDIes; aún recuerdo las clases magistrales, pero magistrales de verdad, de un catedrático de derecho mercantil (Antonio Pérez de la Cruz, si mal no recuerdo). La asistencia, no impuesta, la convertía él en necesaria, no ya porque lo exigiera, que no, sino porque, amén de ser un gustazo oírlo, sus explicaciones facilitaban hasta puntos insospechados el posterior estudio de la asignatura; y cuando recordabas los chascarrillos y anécdotas, prácticamente no necesitabas esfuerzo para comprender lo que la ley quería decir; luego, en el examen, era cuestión de transmitir, de traducir, la anécdota a palabras técnicas y no sólo aprobabas (importante) sino que habías adquirido los conocimientos (infinitamente mucho más importante).
    Evidentemente, ejemplos de lo contrario, aquellos en los que la asistencia a clase era un verdadero suplicio, también tengo, aunque prefiero quedarme con los buenos.
    En definitiva, desde mi punto de vista, la asistencia ahora impuesta viene determinada, no ya por la preocupación de nuestras autoridades universitarias para que nuestros PEFes adquieran más y mejores conocimientos, sino por una cuestión de control: todos los borregos en el redil y que allí balen lo que quieran que los muros universitarios apagan sus anhelos.

    ResponderEliminar
  3. Me causa profunda sorpresa la escasa intervención de los seguidores en los temas propuestos por los administradores del blog. Únicamente se me ocurren, a priori, tres causas para ello: la falta de interés de los temas propuestos, la falta de opinión al respecto de los seguidores o la extensión al blog del adormecimiento generalizado que vivimos.
    Las dos primeras rotundamente las desestimo. Los temas propuestos son de, no mucho, sino muchísimo interés, al menos para mi; deberían generar cientos de comentarios. Tampoco me creo que los seguidores no tengan opinión sobre éstos, ni se atrevan a exponerla; los que conozco tienen el suficiente criterio para aportar opiniones muy valiosas. Sólo me queda la tercera, estamos invernando, adormecidos, sin capacidad de reacción.
    ¿A ver si va a ser que las autoridades universitarias van a llevar razón y debe ser obligatoria la asistencia?

    ResponderEliminar
  4. Digo yo que no se trata de pasar lista y quizás si, de generar actividades en clase de cumplimiento obligatorio para el decurso de la asignatura. Ese parece que era el espíritu "bolognés". Ahora bien, con nuestra habilidad para hacer de la capa un sayo............
    Felipe

    ResponderEliminar
  5. Hola, contestando a gmcarlos yo acabo de enterarme de la existencia de este blog a través de un correo dirigido al PDI. Me parece muy interesante, aunque más interesante sería si realmente lo lee gente que no sea profesorado universitario. Quería hacer una pregunta sobre la asistencia por si alguien me la puede resolver. Cuando se empezó a hablar de la adaptación al EEES se dijo que se quiere compatibilizar la vida universitaria con la laboral, y de vez en cuando reaparece la frase, pero es difícil compatibilizarla con la asistencia obligatoria. La pregunta es si dicha asistencia obligatoria es algo propio de nuestra universidad o si se exige en todas ellas. Un saludo

    ResponderEliminar
  6. Yo creía que antes de la implantación de "Bolonia" la asistencia a clase ya era obligatoria.

    ResponderEliminar
  7. Respecto de la conciliación con la vida laboral, para eso ya existe la UNED.

    ResponderEliminar
  8. y, otra cosa. Yo también me acabo de enterar de la existencia de este Blog por el mismo email que alguien comentaba antes.

    ResponderEliminar
  9. Pues yo ma adhiero al comentario de Felipe (29/3), lo que significa discrepar con los autores. Lo planteo con otras palabras. Si se busca una evaluación distribuida (mejor que continuada) de las competencias, es imprescindible que tengas contacto con el alumno (real o virtual según el caso, que no quisiera distinguir). Pero evaluar en ausencia no sé como se hace. Otra opción, nos cargamos eso de la evaluación distribuida y volvemos al examen final (¿ese sí ha de ser presencial o tampoco?). Recuérdese que la evaluación de todas las competencias en un único examen suele ser sencillamente imposible, a menos que nos carguemos también el enfoque por competencias y volvamos al enfoque antiguo. Otra cosa es darles un plan detallado de los hitos de evaluación para que sepan cuándo les es imprescindible venir.
    Saludos
    Juan P.

    ResponderEliminar
  10. Por cierto, lo olvidaba, en Novasoft y en cualquier empresa, los compromisos de entrega de trabajos son sagrados, con independencia de si quiere trabajar en su casa o en la oficina. Normalmente, los encargos que te hacen se dimensionan para que, estés donde estés, necesites más de 40 horas semanales para entregar en fechas. Rompiendo las máquinas de fichar se ahorran un pastón en horas extra.

    ResponderEliminar
  11. Una cosa sobre la UNED, que digo desde la experiencia porque he estudiado y me he licenciado allí: la UNED no ofrece a nivel nacional todas las titulaciones posibles (y cada centro asociado elige cuántas titulaciones ofrece), ni ninguna otra Universidad a distancia oficial existente en España, por lo que a veces es imposible cursar una titulación de manera no presencial. Un saludo.

    ResponderEliminar
  12. Discrepo totalmente con la opinión inicial. Me parece tan irresponsable decir que unos jóvenes cuya realidad les invita a todo menos a estudiar o a necesitar trabajar de una manera periódica y responsable con los compañeros y profesor, jóvenes que tienden, como siempre ha sido pero hoy día más aún, a dejar todo para el día anterior al examen, jóvenes que terminan haciendo rutinario el camino de copiar de cualquier sitio el trabajo que se les ponga para entregar, jóvenes que sólo vienen en muchos casos el primer día para cobrar una beca que les permite vivir aún más holgados unas largas vacaciones para terminar en ocho o diez años una carrera de tres, y en definitiva, jóvenes que ven la universidad como se la han estado pintando unos magistrales profesores que los tratan como personas maduras cuando aún nadie les ha pedido ni siquiera que se expresen, que aprendan a participar, que pregunten, que estén con sus compañeros trabajando en algo que se supone les gusta y sus padres costean.

    En definitiva, me parece una irresponsabilidad la opinión inicial.

    Que yo sepa, así lo he vivido con la experiencia de mi hijo mayor estudiando en Manchester, por ahí la asistencia es algo más que pasar lista. Es una continua participación y cualquier falta tiene que estar más que justificada en todo momento.

    No sé cómo se puede comparar a un estudiante con un profesional al que se le paga por trabajos y objetivos cumplidos. Es precisamente eso lo que tenemos que enseñar a hacer a nuestros estudiantes. A cumplir.

    ResponderEliminar
  13. Los Ingenieros españoles siempre han sido muy apreciados en Europa, y comparándolos con la mayoría de los de otros países, les daban mil vueltas en conocimientos, aunque tal vez no tuviesen tanta "práctica". No necesitaban ir a clase si no querían, y sin embargo superaban concreces a sus colegas de otros países.
    No estamos en el colegio, esto es la Universidad, y si no nos damos cuenta, mal vamos, y lo cierto es que a partir de ahora mal vamos a ir. Quienes terminen a partir de ahora sus estudios en España, habrán ido mucho a clase, pero no sé si los querrán contratar.

    ResponderEliminar
  14. Bueno, x Anónimo. Siento no ver la relación entre calidad y libertad de asistencia. Perdona pero siento no verla. Si hemos montado todo este tinglado que es la Universidad y sus múltiples recursos y después "entendemos" que nuestros maduros alumnos pueden hacer la carrera sin vernos ni compartir la docencia con los compañeros (y ojo, recordar que esto no es la UNED! donde los planes de estudio se llevan de una manera muy distinta y usualmente con alumnos más mayores), pues como que hay algo que, sinceramente, no me cuadra.

    Insisto en que hasta donde yo conozco, y de cerca conozco la Universidad inglesa, y la finlandesa, y alguna otra algo menos, la asistencia es absolutamente obligatoria en todas estas.

    Claro, que probablemente en España, nuestros alumnos sean más maduros, y responsables, y quizás ni deberían hacer las carreras, ya que podrían estudiar por su cuenta en las múltiples bibliotecas públicas y hacer lo que tanto hemos hecho siempre los españoles, inventar cosas nuevas, como quijotes, independientes. ¿Para qué nos hace falta una universidad presencial?

    ResponderEliminar
  15. Yo a los ingenieros ingleses que conozco no los contrataría nunca, en caso de que tuviese una empresa. Sus conocimientos están a años luz de los que tienen los de aquí. Por ese motivo no creo que la asistencia obligatoria sea algo que mejore el nivel educativo. Eso no quiere decir que no sea conveniente ir a clase, pero es mejor orientar la educación en términos de objetivos, y así conseguir profesionales que posteriormente sean capaces de desarrollar una vida laboral de forma eficiente, ya que en el mundo real no van a estar encima de ellos para resolver sus problemas.

    ResponderEliminar
  16. Bueno, terciando en el debate, yo creo que se han mezclado dos conceptos distintos. Uno es si la universidad tradicional española es mejor que el modelo anglosajón al que Bolonia pretende acercarnos. Pero yo no me considero capacitado para entrar en ese debate y, en todo caso, no serviría para nada. Lo cierto es que soy un asalariado con unos jefes que marcan la política y estrategia de mi empresa. Y esos jefes han decido que todos con Bolonia. lo único que me queda es jugar con los márgenes de movimiento que me dejan para ir hacia Bolonia lo mejor posible y con los mejores resultados. Y Bolonia significa evaluación distribuida y significa que el alumno tiene que estar para poder ser evaluado. Otra cosa sencillamente está fuera de lugar por mucho que añoremos los magníficos profesionales que salían antes de nuestra universidad (aunque, eso sí con un bajísimo índice de Premios u otros indicadores de excelencia a pesar de la buena fama).

    ResponderEliminar
  17. para Jppena: No se a cuento de qué ha venido tu comentario sobre Novasoft. Yo me permito comentarlo porque siempre digo abiertamente quien soy y firmo con mi nombre y quien me conoce sabe que soy directivo de Novasoft. En primer lugar dices cosas inciertas en referencia a que siempre se dimensionan los trabajos para que necesites más de 40 horas semanales. Creo que haríamos bien en fijarnos en otras economías como EEUU o Alemania y no estar siempre con el tema de las horas semanales y tener algo en cuenta la productividad, la responsabilidad y que Novasoft es una (de las pocas) empresas que actualmente no solo crece sino que crea empleos en Málaga y los ingenieros siguen queriendo venir a nuestra empresa a trabajar. Por algo será. Creo que ni en EEUU ni en Alemania (por citar algunos países) no estarías haciendo esa crítica.
    Pero, bueno, siempre hay lugar para la crítica destructiva, aunque sea por eliminar las máquinas de fichar.

    ResponderEliminar
  18. Para Juan Fajardo: No pretendía censurar específicamente a Novasoft. Antes de venirme a la Universidad, he trabajado 25 años en empresas privadas de Málaga (locales e internacionales), incluyendo temporadas en Alemania y Japón. No en Novasoft aunque he tenido varios conocidos que sí han pasado por allí y me han transmitido lo mismo que yo he vivido en mis empresas. En todos los casos que he conocido, la libertad de horarios se transformaba en trabajar más horas sin que constaran como horas extras, aunque a los técnicos no les cuentan nunca. Pero aún así se puede ser más feliz que con un horario estricto, no me meto en eso. Lo importante para el tema de que se hablaba es que esa libertad también iba asociada a una férrea disciplina en el cumplimiento de plazos de entrega y asistencia a reuniones, cuyo incumplimiento se traduce en pérdidas salariales o del empleo. No digo que eso esté mal, simplemente que es así. Y por eso hay que tener cuidado al comparar con la asistencia de alumnos. Por cierto, está empezando a no gustarme esto de los foros porque la palabra escrita puede dejar, como es el caso, una sensación de agresividad que no estaba en absoluto en mi ánimo, y lo lamento.

    ResponderEliminar