viernes, 29 de abril de 2011

Los falsos mitos de la evaluación continua

Algunos comentarios a entradas anteriores inciden sobre las bondades de la evaluación continua. Y ya no podemos más. Son ya más de veinte años dando clase en nuestra universidad, y por tanto, evaluando a nuestros alumnos. Y esos veinte años de experiencia nos dan la suficiente perspectiva como para poder ser, una vez más, políticamente incorrectos: la evaluación continua en la universidad es otra chorrada más de los pedagogos del régimen, para marear la perdiz. Así de claro.
 Y lo decimos desde la posición del que puede opinar. De alguien que ha pasado ya por todos los métodos de evaluación: sólo examen final, exámenes parciales, examen final mas actividades a lo largo del curso, utilización de la plataforma virtual para actividades de evaluación, y, desde hace ya unos años, evaluación continua (bien entendida, claro, no cuarto y mitad de pruebecitas eliminatorias). Y con todos estos métodos, siempre nos ha sucedido lo mismo: mediado el curso, ya teníamos claro quién aprobaba y quién no, y quién iba a conseguir un sobresaliente o una matrícula. ¿Acertamos siempre? Pues no, pero el pequeño porcentaje de error ha sido siempre el mismo, independientemente del método de evaluación. ¿Y qué quiere decir eso? Pues eso, que los buenos alumnos aprueban y los malos suspenden. Claro. Porque los buenos alumnos aprenden y los malos no. Y sí, señores pedabobos, señores políticos y señores políticamente correctos: hay alumnos malos. Cada vez más. Y ni el mejor profesor del mundo, aunque entre haciendo el pino en el aula, de buen rollito coleguita guay, puede hacer que aprendan. Eso sí, cualquiera puede hacer que aprueben, no sé si me explico.
                Por estos motivos, queremos hoy desmontar cinco mitos comúnmente aceptados de la evaluación continua:
1.       La evaluación continua es más justa. Se dice que jugárselo todo a una carta es muy injusto. Que un mal día lo puede tener cualquiera, y suspender un examen final a pesar de haber aprendido la asignatura. O que algunos se ponen muy nerviosos en los exámenes y no dan pie con bola (o con boli). Pues puede que, en contados casos, sea verdad, pero no es el caso general. En general, el alumno que ha aprendido la asignatura, supera sin problemas el examen final. ¿Y si se pone enfermo? Pues se le hace el examen otro día, que no sería la primera vez. ¿Y qué pasa con el caso contrario? Porque ahora con la moda de evaluación-continua-boloñesa, nos dicen que debemos pasar lista, y que un porcentaje importante de la nota final se obtenga a través de las actividades “cotidianas”, de forma que es prácticamente imposible aprobar sólo con el examen final. Preguntamos: y un alumno que no hiciese nada a lo largo del curso, pero fuese capaz de estudiar y aprenderse la asignatura para el examen final, ¿por qué no merecería aprobar? Eso será uno entre mil, pensaréis. Pues más o menos la misma cantidad que los del mal día del examen.
2.       La evaluación continua facilita la labor al alumno. Pues es justo lo contrario. La evaluación continua bien entendida obliga a un trabajo constante al alumno que no exige necesariamente el examen final. Claro, siempre y cuando, como ya hemos dicho, la evaluación continua sea de verdad, controle el aprendizaje global del alumno y no se reduzca a una serie de pruebecitas eliminatorias que permitan ir olvidando a medida que se realizan.
3.       La evaluación continua implica un mejor aprendizaje. Según la RAE, a la que nos gusta recurrir para dejar claro el significado real de las cosas, evaluar es “estimar los conocimientos, aptitudes y rendimiento de los alumnos” (estoy seguro de que en la RAE se refieren también a las alumnas, se les habrá pasado) y aprender es “adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia”. Antes de aprender, no hay nada que evaluar; es así de simple. Un mejor aprendizaje se logra con buenas actitudes y aptitudes por parte del alumno y del profesor. No reduzcan nuestro papel al del evaluador. Los que enseñamos por vocación disfrutamos la enseñanza en sí, no la evaluación. Como decimos a nuestros alumnos: ustedes encárguense de trabajar y aprender, que la evaluación ya viene de suyo. Otra cosa, claro, es que algunos alumnos sólo decidan trabajar bajo la amenaza del examen, o de la pruebecita…
4.       La evaluación continua es la solución a los males de la enseñanza universitaria. La solución a los males de nuestras universidades pasa por muchas cosas: la reducción efectiva del tamaño de los grupos de docencia, la implantación real de nuevas tecnologías, la selección de profesorado con criterios docentes e investigadores adecuados, la incentivación de las buenas prácticas docentes, la dignificación de la docencia (por ejemplo, no premiar a los profesores con reducciones de docencia, ¿verdad?), la selección efectiva de alumnos, de forma que sólo acceda a la universidad aquel que esté realmente preparado e interesado en los estudios, y, en resumen, la búsqueda real de la calidad docente (que es actualmente el último de los criterios que se tiene en cuenta en la toma de decisiones). ¿La evaluación? Eso es lo de menos.
5.       Los que nos oponemos a toda esta marea boloñesa somos unos vagos que no queremos trabajar más. Nos da pereza contestar a eso.

19 comentarios:

  1. Aquí uno más que también ha visto bajar el nivel de preparación final de los alumnos durante más de una década a pesar de darles más y más facilidades en base a parciales, trabajos, etc. (además de mejorar materiales docentes, uso de nuevas tecnologías, etc.).

    Dicho más claro: que no puede ser que ahora con todas esas posibilidades me estén aprobando menos que antes, cuando sólo había un final y se les exigía mucho más temario del que cabe ahora en cualquier asignatura boloñesa. Pero sí, puede ser, y de hecho es.

    Seguramente he empeorado como profesor conforme adquiría experiencia U_U

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  2. Seguramente también haya buenos docentes y malos docentes, indepentemente de las evaluaciones. Este articulo no demuestr más que la poca profesionalidad que posee.

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  3. Soy profesor de universidad y me da vergüenza leer estas cosas. ¡Reivindicando el examen final a estas alturas! Me parece que no habéis entendido nada, ni de qué es enseñar ni de qué es la universidad. Os convendría un poco más de humildad y enteraros un poco de cómo se enseña en las universidades de calidad.

    Menos mal que cada vez quedan menos rancios como vosotros en la universidad española

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  4. Yo no veo la reivindicación del examen final por ningún sitio, pero será de nuevo que se me estropean las entendederas conforme adquiero experiencia...

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  5. Estimado anónimo:
    Acepto, aunque sólo sea a efectos dialécticos, que los administradores no se enteran de nada, no saben como se enseña en una universidad de calidad, necesitan una cura de humildad y son unos rancios, incluso, huelen a naftalina.
    Pero la mejor forma de demostrar todos estos piropos que les diriges son ciertos es acreditar que todo lo que han dicho hasta este momento es incierto.
    Espero tus razones, no tus piropos

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  6. Personalmente, por la experiencia que tengo (alumno de grado superior, y además tengo una hija de 8 años), me gusta la evaluación continua. He visto personalmente como toda una labor de estudio era recompensada a pesar de un examen parcial malo. Y justo lo contrario, alumnos que han ido mal, al final han superado con éxito en un esfuerzo final, eso si, no tendrán la misma nota que quien ha mantenido una evaluación contínua impecable.

    En cuanto a mi hija, en cada examen de cada viernes no sólo le preguntan por el tema actual, sino por los anteriores hasta retrotraerse al primerísimo tema. Me alegra saber que lo que aprende no se va a olvidar de un día para otro.

    Creo que la eficacia de la evaluación continua recae sobre un profesor razonable aplicándola razonablemente.

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  7. No se nos olviden los alumnos interesados en aprender, aunque parezca que no tienen papel alguno en este asunto ;)

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  8. Desde la LOGSE se pretendió igualar a todos por abajo y ahora ha llegado a la universidad. ¿Qué podemos hacer? Nada. Aprobemos a todo o casi todos y que todos tengan un título de grado. Después vendrá el mercado y pondrá las cosas en su sitio. Si todo el mundo tiene un grado universitario, séra como el DNI o el carnet de conducir y los jefes de personal empezarán a pedir másteres (varios), idiomas (varios),... para poder diferenciar a los candidatos más formados y ofrecerles empleos de 800 euros mensuales. Entre tanto, los hijos de los ricos tendrán sus mejores oportunidades y enchufes como hasta ahora venía ocurriendo. La diferencia es que ahora los ricos también se cuentan entre la llamada izquierda y el socialismo igualador.

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  9. Forbes ha publicado algo que puede ser de interés sobre este tema:

    The Finland Phenomenon: Inside the World's Most Surprising School System http://sns.mx/GdbMy7

    El Proceso de Bolonia tal y como se implementa en España parece ir en la dirección opuesta.

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  10. Jafma: es que cada vez somos menos :\. Y el resto (que son la brutal mayoría) nos trata peor, porque acabamos teniendo resultados mejores y la envidia es muy mala.

    Anónimo: que haya ricos entre la izquierda no es el problema: lo malo no es que haya ricos, es que hay pobres.

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  11. La evaluación continua, a mi humilde entender, debe ser entendida como una aplicación de la constancia, constancia del alumno en aprender y constancia del profesor en enseñar. La constancia es, según la RAE, la firmeza y perseverancia del ánimo en las resoluciones y los propósitos. Es, por tanto, esencial definir el propósito: si éste es aprender, estamos en el buen camino; si el propósito es aprobar la firmeza y perseverancia pierden su contenido, el aprendizaje se convierte en una entelequia y la universidad en una mera fábrica de títulos.

    Que conste que estoy a favor de la constancia, de la evaluación continua, del trabajo diario en lugar del atracón, de los conocimientos adquiridos pausadamente pero para ello hay que dotar a la Universidad de los medios materiales y personales necesarios y, cosa no fácil, convencer al alumno de que esta es la vía adecuada para aprender (que no para aprobar). Al hilo de esto, ayer me comentaba un amigo profesor de Universidad que de los 60 alumnos que tiene en su asignatura, a principio de su ciclo, se inscribieron 37 en el sistema de evaluación continua y transcurridos unos meses sólo quedan 11.

    Evidentemente la evaluación continua exige mayor trabajo tanto del alumno como del profesor, una mayor implicación de ambos en enseñar y en aprender, no me cabe la menor duda, un esfuerzo diario, constancia. Pero no podemos perder de vista que es un criterio para evaluar lo aprendido por el alumno y que el examen final (o los parciales) es otro que estoy convencido tendrá también sus seguidores. Lo que es una perversión del sistema y una estafa al conocimiento es hacer pruebecitas eliminatorias cada quince días con el único propósito de aprobar y no de evaluar el conocimiento del alumno.

    Podemos llegar a la perversión de un sistema que pudiendo ser bueno en sus planteamientos, se vuelve ineficaz por el envilecimiento de su puesta en práctica. Y es que no podemos igualar por abajo, no todos tenemos las mismas facultades y de nada sirve tener un noventa por ciento de titulados universitarios si no saben hacer la “o” con un canuto.

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  12. Mi sensacion es que en la universidad hay muchos profesores fustrados, que cuando explican su asignatura si se pusiera en un pupitre no se enteraria ni que esta diciendo. Las matemáticas aplicar fórmulas que luego a nivel laboral se utilizara a través de programas informaticos. Vosotros os dedicais a preparas a futuros trabajadores y muchos de los que sacan sobresalientes y matriculas a la hora de trabajar no saben ni realizar analisis contables, realizar un cheque,pagaré o un prestamo etc.
    Por tanto, si me piden contratar a un trabajador prefiero a uno de FP que ha un diplomado o licenciado, porque ellos si estan realmente preparados. Si que me dais a entender que vosotros estais trabajando en la universidad por calificación y doctorado. O que estais realmente preparando directivos, economista, profesores.

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  13. Yo soy un alumno de Universidad y estoy totalmente de acuerdo con Anónimo. La evaluación continúa te hace tener que estar todos los días con lo mismo, de forma que llegas a cogerle asco a la asignatura, pero eso es otra cosa. Creo que uno de los principales problemas es la cantidad de alumnos por clase, es muy difícil seguir bien una evaluación continúa con 80 personas en un aula, muchas veces haces los trabajos un poco a lo que toque porque tampoco te has enterado bien de que va el tema. Otra cosa que no entiendo es la obligación de asistir a clases de tipo historia, cuando el profesor lo único que hace es poner el powerpoint y leer lo que sale, para después subirlo al aula virtual. Leer sabemos todos.

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  14. Yo cada día tengo más claro que un porcentaje significativo de alumno/as (cuidadín) apenas saben leer y escribir (es decir, comprender lo que leen y generar mensajes articulados para transmitir lo que piensan o saben, si es que piensan y saben).
    Y eso no se cura con ningún sistema de evaluación, nada más que con el aprobado general (y te ahorrarías leer una cantidad impresionante de chorradas)

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  15. Creo que leéis a los pedagogos equivocados. Eso sí... tenéis muchas visitas.

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  16. Yo soy alumno de Bolonia, y de 10 asignaturas que tengo este año sólo en 2 se ha realizado la evaluación continua de forma íntegra. Algunos profesores no tienen ganas de trabajar... lo peor de todo es que este desbarajuste lo sufrimos los alumnos.

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  17. Yo soy alumno del conservatorio superior de musica de santa cruz de tenerife en tercer curso de grado profesional, en la asignatura de grado medio tengo la primera y la segunda evaluación aprobadas con un siete y un seis respectivamente y la tercera evaluación suspendida. Al ser evaluación continua ¿me pueden suspender esa asignatura? a pesar de que asisto siempre a clase y participo en ellas.

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  18. Aunque es un tema cerrado desde hace bastante tiempo, me gustaria dar mi opinion acerca de este tema que considero bastante interesante. Actualmente soy alumno de la universidad por segunda vez, la primera estuve matriculado hace 14 años y obviamente mi mentalidad y mi perspectiva de la vida no era la misma, pero si he podido comprobar el cambio que ha dado la Universidad en algunos aspectos a mi entender para bien y en otros para mal, en cualquier caso me centrare en el metodo de evaluacion que es el que se debate en este hilo. En cualquiera de los dos metodos aprueba el que trabaja a diario y no hay mas ciencia que esa, el trabajo y el esfuerzo diario, cual es la diferencia que en un caso se evalua y en el otro no, el gran problema radica en que la gran mayoria de los alumnos se preocupa unica y exclusivamente por que tiene que hacer para aprobar y no en lo que tendria que ser su principal razon de estar en la Universidad que es APRENDER, para poder ser el dia de mañana los mejores profesionales posibles, porque solo asi conseguiran alcanzar sus metas y objetivos personales y solo asi este pais nuestro en el que tanto nos gusta vivir y que por otro lado tanto asco nos da vivir en el podra ser en el futuro un gran pais con unos excelentes profesionales.
    Antes de acabar y sin animo de dar lecciones a nadie me imagino que muchos se preguntaran, ¿y como se aprende?, pues se aprende teniendo interes por indagar en lo que estas estudiando, se aprende siendo capaz de ver a tu profesor/a como alguien del que poder adquirir conocimientos y no como un enemigo, se aprende indagando en como aplicar esos conocimientos teoricos adquiridos en la vida real y de un sin fin de maneras que podria llegar a completar un libro. Pero fundamental en todo esto es que el profesorado sea capaz de hacerle ver esto al alumno y por supuesto este dispuesto a colaborar, cosa que desgraciadamente muchos no estan por la labor, aunque afortunadamente son muchos menos que hace 14 años.

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  19. Veo que existe mucha polémica sobre esto. No es cuestión de generalizar, pero por mi experiencia, seguimos intentando que los alumnos memoricen datos, como en el siglo pasado en vez de utilizar esos datos para resolver asuntos o crear cosas. Es ciertamente LAMENTABLE, que se siga priorizando a estas alturas del siglo XXI los conociemientos memorísticos, que solo veo bien en las oposiciones para hacer criba, que es para lo único que sirven. Pero claro, me diréis eso es metodología. De acuerdo, la mayoría de los profesores se pasan el plan Bolonia por ahí...esta claro que se necesita esfuerzo por parte de los alumnos pero otro tipo de esfuerzo. La evaluación continua en España es una Utopía en estos momentos. Decir que evalúo continuamente cuando el examen final vale un 80% es de una hipocresía enorme. Esto es la evaluación de toda la vida sin ningún tipo de cambios, y además se utilizan los trabajos para crearte unos prejuicios sobre tus alumnos muy interesantes. Cuanto más estoy en la docencia más me doy cuenta por que está tan mal. Los departamentos son corporativos y los públicos intentan hacer las cosas mal para que la administración se de cuenta que faltan recursos y que lo han hecho mal. En fin, sinceramente creo de veras que hay otras maneras de aprender y no memorizar y vomitar las cosas en un examen final, o ¿es que ya no nos acordamos de cuanto nos duraban los datos en los exámenes que hemos hecho? ¿No es más cierto que recordamos aquellas cosas que hacemos y repetimos?
    Un saludo

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